Extracto extraído el
libro "Las 7 leyes espirituales del éxito" de
Deepak Chopra
Aunque el título de
este libro es “Las siete leyes espirituales del éxito”,
bien podría ser “Las siete leyes espirituales de la
vida”, porque son los mismos principios que la
naturaleza emplea para crear todo lo que existe en forma
material - todo lo que podemos ver, oír, oler, degustar
o tocar.
En Creating Affluence:
Wealth Consciousness in the Field of All Possibilities,
describí los pasos para llegar a la conciencia de la
riqueza sobre la base de una verdadera comprensión de la
manera como funciona la naturaleza. Las siete leyes
espirituales del éxito constituyen la esencia de esa
enseñanza. Cuando este conocimiento se incorpore en
nuestra conciencia, tendremos la capacidad de crear una
abundancia ilimitada sin esfuerzo alguno, y de
experimentar el éxito en todo lo que nos propongamos.
El éxito en la vida
podría definirse como el crecimiento continuo de la
felicidad y la realización progresiva de unas metas
dignas. El éxito es la capacidad de convertir en
realidad los deseos fácilmente. No obstante, el éxito,
incluyendo la creación de la riqueza, siempre se ha
percibido como un proceso que requiere mucho esfuerzo, y
que muchas veces se logra a expensas de los demás.
Necesitamos acercarnos de una manera más espiritual al
éxito y a la riqueza, que no es otra cosa que el flujo
abundante de todas las cosas buenas hacia nosotros.
Conociendo y practicando las leyes espirituales,
entraremos en armonía con la naturaleza para crear con
espontaneidad, alegría y amor.
El éxito tiene muchos
aspectos, y la riqueza material es solamente uno de sus
componentes. Además, el éxito es una travesía, no un
destino en sí. Sucede que la abundancia material, en
todas sus manifestaciones, es una de las cosas que nos
permite disfrutar más la travesía. Pero el éxito
también se compone de salud, energía, entusiasmo por la
vida, realización en las relaciones con los demás,
libertad creativa, estabilidad emocional y psicológica,
sensación de bienestar y paz. Pero ni siquiera
experimentando todas estas cosas podremos realizarnos, a
menos que cultivemos la semilla de la divinidad que
llevamos adentro. En realidad, somos la divinidad
disfrazada, y el espíritu divino que vive dentro de
nosotros en un estado embrionario busca materializarse
plenamente. Por tanto, el éxito verdadero consiste en
experimentar lo milagroso. Es el despliegue de la
divinidad dentro de nosotros. Es percibir la divinidad
en cualquier lugar a donde vayamos, en cualquier cosa
que veamos: en los ojos de un niño, en la belleza de una
flor, en el vuelo de un pájaro. Cuando comencemos a
vivir la vida como la expresión milagrosa de la
divinidad - no de vez en cuando sino en todo momento -
comprenderemos el verdadero significado del éxito.
Antes de definir las
siete leyes espirituales, es preciso comprender el
concepto de ley. Una ley es el proceso por el cual se
manifiesta lo que no se ha manifestado; es el proceso
por el cual el observador se convierte en el observado;
es el proceso por el cual el que contempla se convierte
en paisaje; es el proceso a través del cual el que
sueña proyecta el sueño.
Toda la creación, todo
lo que existe en el mundo físico, es el producto de la
transformación de lo inmanifiesto en manifiesto. Todo lo
que contemplamos viene de lo desconocido. Nuestro
cuerpo, el universo físico - todo lo que podemos
percibir por medio de los sentidos - es la
transformación de lo inmanifiesto, lo desconocido e
invisible en lo manifiesto, lo conocido y lo visible.
El universo físico no
es otra cosa que el yo plegado sobre sí mismo para
experimentarse como espíritu, mente y materia física. En
otras palabras, todos los procesos de la creación son
procesos por medio de los cuales el yo o la divinidad
se expresa. La conciencia en movimiento se manifiesta a
través de los objetos del universo, en medio de la
danza eterna de la vida.
La fuente de toda
creación es la divinidad (o el espíritu); el proceso de
creación es la divinidad en movimiento (o la mente); y
el objeto de la creación es el universo físico (del cual
forma parte nuestro cuerpo). Estos tres componentes de
la realidad - espíritu, mente y cuerpo, u observador,
proceso de observación y observado - son básicamente la
misma cosa. Todos provienen del mismo sitio: el campo de
la potencialidad pura, puramente inmanifiesto.
Las leyes físicas del
universo representan en realidad todo este proceso de la
divinidad en movimiento o de la conciencia en acción.
Cuando comprendemos estas leyes y las aplicamos en
nuestra vida, todo lo que deseamos puede ser creado,
porque las mismas leyes en que se basa la naturaleza.
para crear un bosque, o una galaxia, o una estrella o un
cuerpo humano, pueden convertir en realidad nuestros
deseos más profundos.
Ahora veamos las siete
leyes espirituales del éxito y la manera de aplicarlas
en nuestra vida.
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