REINO UNIDO: CARACTERÍSTICAS SOCIOEDUCATIVAS Y 

 

 

Datos Generales
 

Country Basic Data

Area (km2)

242 910

Population (2000)

59 415 000

Official name of the country

The United Kingdom of Great Britain and Northern Ireland

Region

Western Europe

Type of economy

High income

Gross Domestic Product per capita (2000)

US$ 24,058

Percentage of population below the national poverty line

...

Human Development Index, HDI (1999)

0.923

HDI rank out of 162 countries (1999)

14

 

 

Geografía

 

El Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte ocupa una superficie total de 244.110 km2. Está situado al noroeste de Europa, próximo al norte de Francia y al oeste de los Países Bajos XE "Países Bajos" .

Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte, es un Estado insular de Europa occidental que comprende la mayor parte de las islas Británicas: Gran Bretaña --formada por Inglaterra, Escocia y País de Gales--, Irlanda del Norte y algunas islas menores --las Orcadas, las Stheland y las Hébridas a lo largo de la costa escocesa; las Wihgt en el canal de la Mancha; las Anglesey cerca de Gales; y las Scilly enfrente del cabo Land's Ennd--. Aunque dependientes de la corona británica, no forman parte del Reino Unido la isla de Man, situada en el mar de Irlanda y las Anglonormandas, en el canal de la Mancha, cerca de las costas de Normandía.

 

Limita con el océano Atlántico al N, NO y SO; con el canal de la Mancha al S; con el mar del Norte al E. El mar de Irlanda y los estrechos que le dan acceso --los canales del Norte y de San Jorge-- bañan la costa O de Gran Bretaña y la E de Irlanda. Reino Unido es el nombre oficial de un estado compuesto por cuatro naciones: Inglaterra, Escocia, Gales e Irlanda del Norte. La capital es Londres. Administrativamente, Inglaterra está dividida en treinta y nueve condados y siete condados metropolitanos; Escocia en doce regiones, tres de las cuales corresponden a los archipiélagos; Gales en ocho condados, e Irlanda del Norte en veintiséis distritos municipales.

El Reino Unido tiene además, unidas a la corona, una serie de posesiones y estados asociados: Gibraltar, Hong Kong y las islas Anguila, Bermudas, Caimán, Malvinas, Montserrat, Pitcairn, Turcas, Caicos, Santa Elena y Chagos. Las islas británicas están separadas del continente europeo por espacios marítimos poco profundos, ya que son zonas emergidas de la plataforma continental. Las estructuras geológicas son antiguas. La zona norte y el centro fueron afectados por plegamientos calidonianos, mientras que Gales y la parte occidental de Inglaterra lo fueron por plegamientos hercianos. Durante la Era Terciaria hubo grandes fracturas y fallas que dieron lugar a la existencia de desniveles en el terreno, que se manifiestan sobre todo en la zona N, en Escocia. Las glaciaciones afectaron prácticamente a toda la isla, el casquete glacial llegó hasta el canal de Bristol y el estuario del Támesis.

Gran Bretaña, la isla más grande de Europa, presenta gran variedad de relieves y tipos de suelos. Podemos distinguir los highlands, o tierras altas y los lowlands, o tierras bajas. Los highlands constituyen el SO de Inglaterra, Gales, el Lake District, los Peninos, los Southern Uplands y los Highlands de Escocia. Están formados por rocas antiguas y duras que dan suelos pobres. El pico más alto es el Ben Nevis, en Escocia (1 344 m). Los lowlands se extienden desde los montes Peninos hasta el SE y forman una cuenca sedimentaria de materiales blandos donde los afloramientos de materiales duros ha dado lugar a la formación de un relieve en cuesta. Esta cuenca se abre al mar del Norte y enmarca la depresión del Támesis. Los suelos son fértiles y su relieve ha facilitado las comunicaciones, convirtiendo a esta zona en la más densamente poblada de la isla.

Las costas del N están muy recortadas por los firths, profundos entrantes de origen glacial; en el E son bajas, con zonas de marismas; en el O, las costas de playas arenosas alternan con zonas rocosas y acantilados, y en el SE el elemento más característico son los acantilados. Irlanda del Norte está formada por montañas muy similares a los Highlands de Escocia y los Southern Uplands. La climatología de Gran Bretaña está influida por la insularidad, por la corriente cálida del Atlántico Norte y por las perturbaciones que se producen en los vientos del SO. Estos factores contribuyen a que predomine un clima templado. El promedio de temperaturas oscila entre los 4ºC y 6ºC en invierno, en la parte N del país y los 12ºC y 17ºC en el S, durante el verano.

Las precitaciones son abundantes durante todo el año, sobre todo en la parte occidental --expuesta a los vientos oceánicos-- y en los puntos más elevados. La media anual de lluvia llega a los 4 000 mm en los highlands, mientras que en la costa E está alrededor de 500 mm. La humedad atmosférica es alta, las nieblas son frecuentes y la insolación escasa --entre 1 300 y 1 500 horas de sol anuales--. En las zonas altas de Escocia nieva a menudo. La lluvia propicia la existencia de prados y bosques. Sin embargo, la sistemática roturación de tierras, para obtener nuevas áreas de cultivo, y la acción violenta de los vientos han contribuido a que las áreas boscosas representen hoy menos de la décima parte de la superficie total de Gran Bretaña.

La vegetación actual en las áreas de bosque suele ser fruto de la repoblación llevada a cabo por la Forestry Commission desde 1919. Esta repoblación se ha hecho sobre todo a base de coníferas. Los lugares más fríos y altos están ocupados por capas de turba. La red hidrográfica desagua en dos vertientes. Los ríos de la vertiente occidental son cortos y torrenciales; de este grupo cabe destacar el Clyde, el Mersey, el Dee, el Teifi, el Sever y el Avon. Los de la parte oriental son largos y de régimen más regular; desembocan en estuarios que desempeñan un papel importante en la vida económica del país. Los principales son: el Támesis, el Ouse, el Trent, el Tyne Tees, el Tweed, el Forth, el Tay, el Spey y el Don. La cuenca fluvial más extensa es la del río Támesis (11 350 km2). Desagua en el mar del Norte, en un estuario ocupado por la actividad portuaria londinense. El régimen del Támesis es bastante regular y su curso está conectado por un sistema de canales con los ríos Avon y Severn. La industrialización ha dañado estos recursos hidráulicos y se ha hecho necesaria una actuación estatal para salvarlos. Los ríos irlandeses se concentran alrededor del Lough Neagh, el lago más extenso del Reino Unido. Los más importantes son el Ban y el Erne. En Escocia y en Gales abundan los lagos.

El clima británico es muy variable, siendo los meses más fríos enero y febrero y los más calurosos julio y agosto. Si se viaja en primavera o verano se recomienda llevar también algo a abrigo y ropa ligera. Además, un chubasquero y un paraguas serán objetos útiles en cualquier época del año.

 

Lugares interesantes

 

Inglaterra: Londres (Piccadilly Circus, Covent Garden, Buckingham Palace, Trafalgar Square, 10 Downing Street, Casas del Parlamento y el Big Ben,  Hyde Park, Kensington, Harrods, Torre de Londres, Tower Bridge); en el sur, ciudades como Brighton, Bournemouth, Chichester, Porsthmouth, Salisbury, los restos romanos de Bath y los yacimientos arqueológicos de Stonehenge; en el suroeste, Exeter y la costa de Cornualles; en el "corazón" de Inglaterra, Oxford (Christ Church, Bobdleian Library), Cambridge (King's College, Trinity College), Stratford-upon-Avon, que fue la ciudad natal de Shakespeare; en el centro de la isla, Lincoln, Manchester, Liverpool y Chester; y en el norte, Durham, Newcastle, Sheffield y York.

 Gales: Cardiff, Parque Nacional de Breacon Beacons, Snowdonia y Aberystwyth.

 Escocia: Edimburgo, St Andrews, Aberdeen, Inverness, Glasgow, el Lago Ness, las "Tierras Altas" (Highlands) y la isla de Skie.

Irlanda del N orte: Belfast, Derry, Costa de Causeway y Glens of Antrim.

 

Historia

 

Escocia e Inglaterra han existido como entidades separadas unificadas desde el siglo X. Gales, bajo control británico desde el Estatuto de Rhuddlan de 1284, entró a formar parte del Reino de Inglaterra a través del Acta de Unión de 1536. En el año 1707 Inglaterra y Escocia fueron unificadas como el Reino de Gran Bretaña, compartiendo un reino con capital en Londres y convirtiéndose la reina Ana en la primera reina 'británica'. Escocia enviaría 45 diputados al Parlamento de Westminster, aunque ciertas instituciones escocesas e inglesas no fueron combinadas en el sistema británico: las leyes, la moneda y las iglesias -presbiterana escocesa y la anglicana inglesa- continuarían separadas.

 

El Acta de Unión de 1800 unificó el Reino de Gran Bretaña con el de Irlanda, que había sido anexionado gradualmente al control británico entre 1169 y 1691, para formar el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda. Este hecho fué impopular, llevándose a cabo justo después de la infructuosa Rebelión de los Irlandeses Unidos de 1798. En 1922, tras amargas luchas, el Tratado anglo-irlandés particionó Irlanda en el Estado Libre Irlandés e Irlanda del Norte, con la última parte perteneciente al Reino Unido. Así, la denominación del país fue cambiada en 1927 para reconocer la salida de la mayor parte de Irlanda, siendo adoptado el nombre de Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte.

En el Neolítico, Gran Bretaña estaba ocupada por poblaciones pertenecientes a la civilización atlántica. De alguna de estas culturas se han hallado importantes restos megalíticos en las costas S y O (Stonehenge). Asimismo, diferentes pueblos del Mediterráneo llegaron a la isla en búsqueda de metales, especialmente oro y estaño.

En el I milenio a C diversas tribus de origen celta se extendieron por la isla, empujando a los antiguos habitantes hacia los montes de Gales y Escocia. En el 500 a C, los celtas ya se habían instalado también en Irlanda. Presionado por los comerciantes romanos, que querían controlar la isla, Julio César invadió Britania (55-54 a C). Sin embargo, y debido a las guerras civiles romanas, la isla no fue totalmente sometida al poder romano hasta cincuenta años más tarde, no llegando a ocupar nunca Escocia. La ocupación transformó la estructura del país, dotándola de importantes centros urbanos (Londres, Verulamium, Colchester, etc.) y de calzadas. No obstante, modificaron poco las costumbres de la población indígena, que nunca se sintió demasiado ligada a Roma. Por el contrario, el cristianismo sí logró extenderse, incluso por Irlanda y Escocia, que no habían sido ocupadas.

Tras la desmembración del Imperio romano, Britania no pudo mantenerse independiente durante mucho tiempo. En el s. V tribus de origen germánico (anglos, sajones y jutos) invadieron la isla, forzando el desplazamiento de muchos de sus habitantes hacia Gales y Cornualles y apoderándose del S, donde establecieron reinos anglosajones. Paulatinamente, la isla se fue dividiendo en varios dominios: Inglaterra, ocupada por los anglosajones y Escocia y País de Gales con población de origen celta. En los siglos siguientes, los vikingos, procedentes de Dinamarca, asolaron las costas británicas, especialmente las de Irlanda, N de Escocia y E de Inglaterra. Bajo su influencia se desarrolló el comercio y la vida urbana. Alfredo el Grande, señor de Wessex, unificó, en el s. IX, a los reinos británicos para hacer frente a los ejércitos invasores daneses. Sin embargo, la poca solidez de esta unión y la fuerza de los daneses llevaron al país a formar parte del Imperio escandinavo, hasta que en 1042 se restauró la dinastía anglosajona en la persona de Eduardo el Confesor. Su muerte en 1066, sin sucesor, abrió un período de lucha por el trono británico. Fue Guillermo de Normandía el Conquistador quien lo logró, al conquistar Inglaterra en el año 1066, convirtiéndose así en Guillermo I (1066-1087). Los reinos anglonormandos crearon un gobierno fuerte y consolidaron un feudalismo que no anulaba la autoridad de la corona.

A partir del s. XI, Escocia cayó bajo influencia del monarca inglés y a finales del s. XII sucumbieron Gales e Irlanda, ocupando también algunos territorios de Francia. El poder de este Imperio, acrecentado por el prestigio conseguido por Ricardo I Corazón de León (1189-1199) en la tercera Cruzada, se desmoronó bajo el reinado de Juan Sin Tierra (1119-1216) que perdió los territorios franceses y entró en conflicto con la jerarquía católica y los nobles. Fue obligado a garantizar a la nobleza ciertas concesiones y privilegios a través de la Carta Magna, en 1215. Esta acta, considerada hoy en día como el embrión del derecho constitucional europeo, limitó los poderes de la casa real en beneficio de la nobleza. Los soberanos ingleses, sin embargo, intentaron recuperar prerrogativas sobre los señores feudales, creando un Consejo de Notables que terminó convirtiéndose (contrariamente a la finalidad para la que había sido concebido) en el primer Parlamento, con participación no sólo de nobles, sino también de los representantes de las ciudades libres.

 

En los ss. XIII y XIV se fueron configurando la Cámara de los Lores y la Cámara de los Comunes, que en los siglos siguientes ejercieron un fuerte poder de control e influyeron en las decisiones de la monarquía. Los cambios que se han producido desde entonces no han dejado de tener como marco de referencia la common law (ley común), ampliando los poderes del soberano o los poderes constitucionales según el equilibrio de fuerzas. Los conflictos dinásticos, las aspiraciones de la corona británica al trono francés, la rivalidad comercial de franceses y británicos en Flandes y el apoyo prestado por Francia a Escocia en sus guerras con Inglaterra, provocaron la Guerra de los Cien Años (1337-1453), que acabó con la derrota británica y la pérdida de sus posesiones en el continente. Los fracasos militares aumentaron el descrédito de la corona, que tuvo que enfrentarse a rebeliones campesinas y a un movimiento antipapal. En la etapa posterior a la Guerra de los Cien Años, la disputa dinástica entre los Lancaster y los York desencadenó la Guerra de las Dos Rosas, que culminó con el ascenso al poder de los Tudor en 1485. Estos conflictos favorecieron a Escocia e Irlanda que gozaron de una relativa independencia. El período de los Tudor está considerado como el comienzo del Estado británico moderno. Inglaterra alcanzó un gran auge y la monarquía estableció su autoridad apoyándose en el Parlamento.

En 1534, un Tudor, Enrique VIII, consiguió el apoyo del Parlamento para romper con Roma, confiscar las propiedades del clero y proclamarse jefe de la Iglesia de Inglaterra (anglicanismo), haciendo entrar al país en el campo protestante. A cambio, el rey concedió a las Cámaras el derecho de dictaminar sobre asuntos que hasta entonces eran competencia exclusiva del monarca. El deseo de extender la autoridad inglesa y la reforma religiosa a Irlanda hicieron que Isabel I (1558-1603) impusiera su dominio en el Ulster. La invasión de Irlanda por los Tudor dio origen a siglos de conflictos político y religioso. Al mismo tiempo, Escocia se iba acercando a Inglaterra. Bajo el reinado de Isabel I floreció la literatura (Marlowe, Jonson, Shakespeare), se desarrollaron la industria y el comercio y se inició la expansión colonial. La marina británica, tras vencer a la flota española --Armada Invencible (1588)-- se convirtió en la más importante del mundo. Sus barcos llevaron a cabo una gran actividad comercial por todos los océanos. La demanda de productos obligó a emplear nuevas técnicas para aumentar la producción, por ejemplo la industria doméstica o las primeras manufacturas. Fue el prólogo de la Revolución Industrial, que se desarrolló en el país a partir del s. XVIII. Isabel I murió sin descendencia y Jacobo Estuardo de Escocia heredó la corona inglesa.

 

La unión en Jacobo I (1603-1625) de las coronas de Escocia y de Inglaterra puso fin a la independencia de la monarquía escocesa. El nuevo monarca también era rey de Irlanda. La intolerancia política y religiosa que llevaron a cabo tanto él como su hijo Carlos I, creó un gran descontento. Muchos puritanos emigraron a América del Norte; Escocia se rebeló y en Inglaterra estalló la Guerra Civil. El deterioro de la situación política llevó al partido puritano, dirigido por Cromwell, a enfrentarse a las fuerzas reales, con el apoyo del Parlamento. La sublevación del Parlamento inglés condujo a una auténtica revolución.

En 1649, el Parlamento condenó a muerte al rey y proclamó a Cromwell Lord Protector, que instituyó una república dictatorial. La Revolución, que había triunfado en Inglaterra, tuvo que enfrentarse, sin embargo, a la hostilidad de Escocia e Irlanda. El ejército de Cromwell venció a ambas y consagró la primacía inglesa y protestante en el archipiélago. Tras once años de régimen civil, la monarquía fue restaurada con Carlos II, de los Estuardo. El nuevo régimen impulsó el comercio con América, Extremo Oriente y el Mediterráneo. La trata de esclavos, iniciada en el s. XVI, se convirtió en una de las principales fuentes de ingresos del Imperio. La política absolutista de Jacobo II y su profesión de fe católica chocaron con una burguesía cada vez más poderosa (partido Whig) y con el Parlamento protestante, provocando la Revolución de 1688. El rey huyó a Francia y los protestantes invitaron al holandés Guillermo de Orange a subir al trono.

En 1689, Guillermo III juró la Declaración de Derechos que limitaba los poderes reales y aseguraba la supremacía del Parlamento. En 1707 Inglaterra y Escocia firmaron el Acta de Unión, que dio nacimiento al Reino Unido de Gran Bretaña. Los Estuardo quedaron excluidos del derecho a la corona que pasó a manos de los Hannover. Inglaterra intervino en la Guerra de Sucesión de España y, por el Tratado de Utrech (1713) obtuvo Menorca, Gibraltar y Nueva Escocia. La nueva dinastía favoreció la consolidación del partido Whig, de tendencia liberal, que dominó durante el período 1714-1760. Los conservadores se centraron alrededor del partido Tory. Por otro lado, se acrecentó la riqueza de la nación gracias a la explotación de las colonias y a la importante actividad comercial que mantenía. La política imperial se sirvió de las ideas de Adam Smith sobre el liberalismo económico para abrir más mercados. Participó en la Guerra de los Siete años (1756-1763) por la cual obtuvo Canadá y Florida. Sin embargo, durante el reinado de Jorge III, el intento de imponer la Ley del Timbre (1765) provocó un levantamiento en las colonias americanas que culminó con su independencia y con la creación de los E.U.A. en 1776.

En 1801, después de sofocar la sublevación nacionalista irlandesa de 1798, se creó el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda. En el s. XVIII se produjeron una serie de cambios demográficos, agrícolas, tecnológicos, etc. que implicaron el inicio de una revolución económica y social: la Revolución Industrial. Las transformaciones en la agricultura implicaron cambios en las técnicas de trabajo y en la estructura de la propiedad agraria que supusieron el inicio de una agricultura de tipo capitalista que ayudó al gran crecimiento de la población, y permitió el trasvase de mano de obra campesina a la industria. Paralelamente, la revolución industrial comenzó en la industria textil, la primera en enfrentar el problema planteado por la demanda cada vez mayor de telas desde ultramar. A la textil, siguió la siderúrgica. El uso de nuevas fuentes de energía --máquina de vapor, Watt (1769)-- y la transformación de las formas de trabajo --maquinismo-- supusieron un gran aumento de la producción. En el O y en el N de Inglaterra se construyeron una gran cantidad de fábricas, Liverpool y Manchester fueron dos de los núcleos más importantes. La venta a mercados lejanos hizo indispensable un sistema de transportes rápido y barato. Se mejoraron los caminos, canales, puertos y toda la flota. Pero el fenómeno auténticamente innovador fue la incorporación de la máquina de vapor al transporte marítimo y al terrestre: ferrocarril y barcos de vapor. Esta revolución en los transportes permitió que el tráfico comercial de Inglaterra se disparase.

A comienzos del s. XIX Gran Bretaña era la primera potencia internacional. Frente a esto, las ciudades se llenaban de obreros que venían a trabajar a las fábricas y se transformaba el espacio urbano. Las condiciones de vida y trabajo de la clase trabajadora eran pésimas. Las primeras formas de lucha del movimiento obrero consistieron en la destrucción de máquinas (ludismo). Más tarde, aparecieron los primeros sindicatos (Trade Unions y posteriormente la Great Trade Unions, dirigida por Owen) y el movimiento cartista, que pretendía organizar a la clase trabajadora alrededor de un proyecto político. En 1838 la Working Men's Association publicó la Carta del Pueblo en la que reclamaban el sufragio universal, el voto secreto, la inmunidad parlamentaria y otras medidas encaminadas a democratizar la sociedad británica. Estas peticiones fueron acompañadas de huelgas y manifestaciones, y en 1842 se creó la Asociación Nacional de la Carta, que está considerada como el primer partido de los trabajadores. El cartismo no consiguió el éxito esperado, pero sí logró la reducción de la jornada laboral y la concienciación política de los trabajadores.

En el ámbito internacional, el Reino Unido participó en las guerras contra la Francia revolucionaria (1793-1802, 1803-1815), dirigiendo la mayor parte de las coaliciones. Tras el Congreso de Viena (1815) aumentó su poder internacional. En la época de la reina Victoria (1837-1901) Gran Bretaña alcanzó su mayor expansión y consolidó su poder en el mundo. Poseía un inmenso imperio colonial repartido por todos los continentes. Las viejas instituciones fueron progresivamente eliminadas por la presión que ejercía la burguesía. Se configuró un nuevo tipo de monarquía, separada de las actividades legislativas y ejecutivas. Liberales (whigs) y conservadores (tories) se alternaron durante años en el poder, liderados por Galdstone y Disraeli, respectivamente. Los liberales favorecieron el ascenso de la pequeña burguesía que consiguió la representación parlamentaria gracias a las reformas electorales que éstos llevaron a cabo (1867, 1884). La presión del movimiento sindical logró la entrada de sindicalistas en la vida parlamentaria.

 

 

Sociedad

 

El Reino Unido cuenta con una población de 59,6 millones de habitantes. Inglaterra, con el 83,7% de la población total del Reino Unido, es el área más densamente poblada. Los 5,1 millones de habitantes de Escocia suponen un 8,5% del total de Reino Unido. En Gales e Irlanda del Norte habita el 4,9% y el 2,9% respectivamente de la población británica.

El idioma oficial es el inglés y la religión mayoritaria es la anglicana, si bien un 14% se declara católico. El país cuenta con más de 600 mezquitas a las que asisten los cerca de 2 millones de seguidores del Islam.

El Reino Unido es una sociedad claramente multicultural con una alta inmigración llegada principal-mente de Asia (India, Pakistán, Bangladesh y Sri Lanka).

El Reino Unido constituye uno de los estados más poblados de Europa debido al gran crecimiento demográfico experimentado desde el s. XIX y al reducido territorio que ocupa. A partir de la segunda mitad del s. XX el crecimiento ha sido más lento y en la actualidad es casi nulo, a causa del descenso de la natalidad, de la emigración hacia Australia y Canadá y de los impedimentos que se han puesto a la inmigración. Los bajos índices de natalidad y mortalidad están conduciendo a un progresivo envejecimiento de la población. La distribución es poco homogénea. Mientras en Inglaterra encontramos densidades muy altas, en Irlanda, en los Highlands escoceses y en algunas islas, es muy baja. La absoluta mayoría vive en zonas urbanas.

 

El Reino Unido posee uno de los niveles más altos del mundo en cuanto a urbanización, siendo Inglaterra y Gales las áreas más urbanizadas. En las últimas décadas se está llevando a cabo una planificación tendente a desmasificar las grandes ciudades; la población pasa a ciudades más pequeñas o a centros residenciales creados alrededor de las ciudades tradicionales. La emigración, primero hacia las colonias y luego hacia los países ricos de la Commonwealth (Canadá, Australia, Nueva Zelanda, etc.), ha sido una constante desde el s. XVIII y ha estado potenciada por el gobierno para descongestionar el país.

Por otro lado, Gran Bretaña ha absorbido importantes contingentes de población durante el s. XX, procedentes fundamentalmente de Europa Central, Antillas, India, Pakistán, Ceilán, etc. Sin embargo, la emigración casi siempre ha superado a la inmigración. Hay que destacar también los movimientos migratorios internos, de las regiones menos desarrolladas a las más industrializadas: Londres y los Midlands. La población activa se concentra en los sectores secundario y terciario. Los ingleses constituyen el grupo étnico dominante, seguidos por escoceses, irlandeses y galeses. Debido a la emigración procedente de países de la Commonwealth, hoy en la sociedad británica encontramos indios, pakistaníes, antillanos, etc.

 

 

Economía

 

La industria y el comercio constituyen la base fundamental de la economía británica, mientras que la agricultura, supeditada a los intereses de la industria a lo largo de los años, tiene escasa importancia. El porcentaje de población activa dedicada a la agricultura es de los más bajos del mundo, y la superficie empleada en actividades agrícolas disminuye anualmente a causa de la expansión urbana.

Por otro lado, la producción, a pesar de estar muy mecanizada, no es suficiente para cubrir las necesidades del país, que tiene que recurrir a la importación de productos. Los principales cultivos del sector son: trigo, cebada, avena, remolacha, legumbres, frutas, etc. La producción de cereales se centra sobre todo en el E de Inglaterra, en Escocia y en Irlanda; la de legumbres y frutas se localiza entre Kent y Fens. La existencia de excelentes prados y pastos permite una importante ganadería: bovina en las regiones húmedas del O y del centro, y ovina en el S y en las zonas montañosas. La porcina y la avícola revisten también cierta importancia.

La poca profundidad de los mares que bañan las islas y la existencia de bancos submarinos facilitan la actividad pesquera. La pesca está altamente mecanizada y a su alrededor se ha generado una importante industria. Las principales capturas son de bacalao, arenque y caballa. El principal puerto pesquero es el de Grimsby, en el mar del Norte. En cuanto a minería destacan las cuencas hulleras del País de Gales y los yacimientos de Durham, York, Derby, Northumberland, Nottingham y Stafford, así como los de petróleo en el mar del Norte, donde también es importante la producción de gas, destacando los yacimientos localizados frente a las costas de Escocia, Norfolk y Lincolnshire.

Las grandes áreas industriales se sitúan en Londres, Oxford, Swindon, Southampton, Gloucester, Cambridge, Norwich, Bristol, Midlands, Stoke, Birmingham, Coventry, Nottingham, etc. Entre otras, cabe destacar las siguientes industrias: la siderúrgica, que tiene centros por todo el país, siendo los más importantes los de Sheffield, Newcastle, Middlesbrough, Barrow, Manchester, Newport, Cardiff, Port Talbot, Glasgow y Ardossan; la automovilística, en Londres, Birminghan, Coventry, Manchester, etc.; la química, en expansión, en Glasgow, Newcastle, Birmingham y Abeerden; la naval, en el estuario del Clyde y en Belfast; la aeronáutica, considerada la primera de Europa, en la región londinense; la atómica, en Harwell, Amersham, Wantagey Culham; la textil algodonera, en Lancashire y Manchester; la textil lanera en West Yorkshire; y la alimentaria, en Londres, Edimburgo, etc.

En cuanto al comercio, el Reino Unido exporta productos industriales, sobre todo metalúrgicos, e importa productos alimenticios, materias primas y productos manufacturados. Establece sus relaciones comerciales con E.U.A., República Sudafricana, Canadá, países de la CE y países miembros de la Commonwealth. Hay que hacer una mención especial al sector del seguro internacional --Lloyd's--, que supone una importante fuente de ingresos. Cuenta con una buena red de transportes: ferrocarril --el más antiguo de Europa-- carreteras, autopistas, canales navegables, y una de las flotas mercantes más importantes del mundo.

Los principales puertos son los de Londres, Liverpool, Manchester, Hull, Bristol, Southampton, Dover, Swansea y Cardiff. La City londinenese ha ejercido un importante control sobre la economía mundial a lo largo del s. XX. Sin embargo, en la actualidad la economía británica está en momento de recesión, el crecimiento está por debajo del de la mayoría de los países de la CE. El Estado, que ha perdido su carácter imperialista, necesita redefinir el modelo económico por el cual opta, y adaptarlo a la nueva coyuntura internacional.

 

 

Política

 

El Reino Unido es una monarquía parlamentaria.

La organización constitucional del país se sustenta en tres fuentes: los textos legislativos o leyes estatutarias, la jurisprudencia o derecho común –basado en precedentes judiciales, y las convenciones de la constitución –principios y reglas no escritos nacidos de la costumbre. Los principios y las prácticas constitucionales son inherentes a las instituciones de gobierno, que son la Corona, el Consejo de Ministros, el Consejo Privado y el Parlamento.

El Parlamento está compuesto por el Monarca, la Cámara de los Comunes y la Cámara de los Lores. El verdadero poder legislativo reside en la Cámara de los Comunes, compuesta por 659 miembros elegidos por sufragio universal directo cada cinco años mediante un sistema mayoritario.

En 1999 se inició un proceso de descentralización, devolución de poderes, que dio lugar a la formación del Parlamento de Escocia y las Asambleas de Gales e Irlanda del Norte. Estas últimas instituciones tienen competencias en asuntos de salud, educación, desarrollo económico, agricultura y pesca.

Desde el punto de vista administrativo, a pesar de que el Reino Unido es un estado unitario, los cuatro territorios históricos que lo componen –Inglaterra, Escocia, País de Gales e Irlanda del Norte, tienen distinto régimen jurídico-administrativo. El escalón más bajo de la división administrativa son los municipios, al frente de los cuales están los ayuntamientos, con amplias competencias. Se agrupan en condados -40 en Inglaterra,8 en Gales y 6 en Irlanda del Norte.

Por tanto el Reino Unido es una monarquía constitucional y una democracia parlamentaria. No dispone de una Constitución escrita. El sistema legislativo se fundamenta en textos de derecho público muy antiguos --Carta Magna (1225), Habeas Corpus Act (1679), Declaración de Derechos (1689), etc.--, en los dictámenes del Parlamento, en las decisiones de los tribunales a lo largo del tiempo y en los usos y costumbres.

Los poderes del monarca tampoco están totalmente explicitados. Es el Jefe del estado, del ejército y de la Iglesia de Inglaterra. Aunque todas las decisiones de Estado se toman en su nombre, no interviene en el gobierno. Sin embargo, puede ejercer la prerrogativa real de hacer nombramientos, convocar o disolver el Parlamento y establecer relaciones internacionales. Nombra al primer ministro, que acostumbra a ser el jefe del partido que tiene mayoría en el Parlamento.

La reina Isabel II, de la familia de los Windsor, es desde 1952 la actual monarca. El Poder Legislativo lo ejerce el Parlamento, que está compuesto por el Rey, la Cámara de los Lores, o Cámara alta y la Cámara de los Comunes o Cámara baja. La Cámara de los Lores constituye un cuerpo, de 982 miembros, al que se accede por derecho hereditario o por designación vitalicia. Ha perdido la mayoría de sus poderes; actualmente, su función principal consiste en revisar la legislación.

La Cámara de los Comunes está compuesta por 650 diputados elegidos por sufragio universal directo por un período de cinco años. Irlanda del Norte, además de los doce representantes que tiene en la Cámara de los Comunes, dispone de Parlamento propio, dedicado a cuestiones locales. El Poder Ejecutivo recae sobre el gobierno, formado por el primer ministro y su gabinete, unos veinte ministros nombrados por él.

El Poder Judicial, independiente de los otros dos, está integrado por la Corte de Apelaciones, La Suprema Corte de Justicia y el Tribunal Real. Escocia conserva un sistema jurídico basado en el derecho romano. El sistema electoral británico prima el bipartidismo. Los dos partidos más importantes son: el Partido Conservador, derechista, y el Partido Laborista, de tendencia socialdemócrata, que a lo largo de los años se han ido alternando en el poder. El jefe de la oposición cobra de los fondos públicos. A nivel sindical, la organización más importante es el Congreso de los Sindicatos (TUC) que tiene unos doce millones de afiliados.

El Reino Unido es miembro de la ONU, de la OTAN, de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), de la Unión Europea Occidental (UEO), de la Comunidad Europea (CE) y del Consejo de Europa. Asimismo, es el principal miembro de la Commonwealth. La Commonwealth --creada en 1931-- es una asociación libre de naciones que han estado unidas a Gran Bretaña. En la actualidad, además del Reino Unido, forman parte antiguas colonias británicas, entre otras, Canadá, Australia, India, Kenia, Nigeria, etc. Una serie de instituciones facilitan la cooperación en diversos ámbitos, sobre todo en el comercial.

 

 

 

Fiestas

 

La fiesta de Halloween o Noche de Brujas -que se celebra la noche del 31 de octubre- tiene sus raíces en la tradición celta del Samain o Samhuin, que consistía en una celebración del cambio de estación tras la llegada del invierno, representada por los pastores que regresaban con sus rebaños al establo. Es el momento del encuentro con el espíritu de los difuntos, los cuales  se representan con una gran calabaza en cuyo interior vaciado se pone una vela encendida. Los niños salen a las calles vestidos de brujos y llevando linternas, calabazas y velas, juegan a comer manzanas en barreños con agua y piden caramelos a los viandantes.

El domingo de Resurrección se celebra el domingo siguiente a Viernes Santo como recuerdo a la resurrección de Jesús tras su muerte en la cruz. El nombre de esta fiesta en inglés -Easter- se relaciona con la diosa sajona de la primavera -Eostre- cuyo día coincidía con el equinoccio de primavera. La tradición británica indica que se deben regalar huevos de chocolate profusamente decorados a los seres queridos, para simbolizar así la nueva vida que trae la primavera.

 

La Navidad es una de las mayores celebraciones de Gran Bretaña. El 6 de diciembre se coloca el abeto en la londinense Trafagar Square, regalo que desde 1948 Noruega realiza a Gran Bretaña como muestra de gratitud por su ayuda durante la Segunda Guerra Mundial. Comienza la temporada de los crackers, unos pequeños petardos que al partirse lanzan papeles de colores, regalos y chistes. El 26 de diciembre se celebra el Boxing Day, día en el que los comerciantes reciben un aguinaldo como premio a su dedicación durante el año. Se trata de una tradición que se remonta cuando los aristócratas obsequiaban a sus sirvientes con un regalo.

El Año Nuevo es recibido con fiestas y reuniones familiares. La tradición dice que la primera persona que cruce el umbral de la puerta marcará la suerte de ese hogar durante el nuevo año. De esta manera, en la media noche del 31 de diciembre -especialmente en Escocia y el norte de Inglaterra- una persona atractiva se encarga de atravesar el umbral para atraer así la buena suerte. Esta persona tiene que llevar un pedazo de carbón, una hogaza de pan y una botella de whisky. Al entrar pone el carbón en la chimenea, el pan sobre la mesa y sirve una copa de whisky al dueño de la casa.

En Gales, en la primera campanada se abre la puerta de atrás para que se vaya el año viejo y, en la última se abre la delantera para que entre el nuevo año. La fiesta de fin de año de Edimburgo -conocida como Hogmanay- reúne a los pies del castillo a miles de personas que bailan al son de la música en directo. La celebración continúa al día siguiente con carreras de perros, taichi y conciertos por toda la ciudad.

La fiesta nacional de Escocia es el 30 de noviembre o Día de San Andrés. Se dice que en el siglo IV, los huesos de San Andrés -que fue uno de los doce apóstoles de Jesucristo- fueron llevados a lo que hoy es St Andrews in Fife. La cruz en forma de X sobre la que fue crucificado es el símbolo nacional escocés.

La fiesta nacional de Gales es el 1 de marzo o Día de San David (520-588 D.C.), fundador y primer obispo de Menevia, actual St David's in Dyfed. Los galeses celebran este día portando narcisos y puerros, distintivos de su emblema nacional.

 

La fiesta nacional de Inglaterra es el 23 de abril o Día de San Jorge, cuya leyenda cuenta que en el siglo VI rescató a una doncella que estaba a punto de ser devorada por un dragón. En nombre del santo fue invocado por los caballeros que lucharon bajo la protección de la cruz roja de San Jorge en la Guerra de los Cien Años (1338-1453), pasando a ser la bandera de Inglaterra.

La fiesta nacional de Irlanda del Norte es el 17 de marzo o Día de San Patricio (389-461 D.C.), que nació en Bennhaven Taberniae, en la actual Escocia. Hijo de un oficial romano de religión cristiana, a los 16 años cayó prisionero de piratas irlandeses y fue vendido como esclavo. Tras varios intentos, logró huir, convirtiéndose en predicador del evangelio en Irlanda, llegando a formar un clero local y varias comunidades cristianas, por lo que se le conoce como el Apóstol de Irlanda. El símbolo usado por los irlandeses en todo el mundo es la hoja de trébol.

 

Los días festivos se denominan "Bank Holidays" y son: 1 de enero: Año Nuevo; viernes Santo y lunes de Pascua; 1 de mayo: Fiesta del Trabajo; último lunes de mayo: Fiesta de Primavera; último lunes de agosto: Fiesta de Verano; 25 diciembre: Navidad; 26 de diciembre: Boxing Day.

Además se debe añadir la festividad de los santos patrones: en Inglaterra el 23 de abril (San Jorge), en Escocia el 30 de noviembre (San Andrés), en Gales el 1 de marzo (San David) y en Irlanda del Norte el 19 de marzo (San Patricio).

 

 

 

 

 

Gastronomía

 

El plato fuerte de la cocina británica es el desayuno (english breakfast), que incluye zumo de naranja, cereales, huevos, bacon, salchichas y tostadas con mantequilla y mermelada. El resto de su cocina se basa fundamen  talmente en los asados y estofados de carne, como el rosbif con zanahorias y patatas cocidas; así como en la influencia de la cocina india, de donde abundan numerosos y económicos restaurantes. La carne británica es de gran calidad y suele ir acompañada de infinidad de salsas: algunos platos característicos son el rack de cordero; el toad in the hole, una mezcla de salchichas en puré de patatas; el cawl, una sopa de carne o vegetales originaria de Gales; el Yorkshire pudding, a base de leche, agua, harina, sal y pimienta; o los scones, pequeños hojaldres rellenos de queso, cebolla o patata, que también pueden ser dulces. Los británicos presumen de ser los in  ventores del sandwich y del fish´n´chips (pescado y patatas fritas), un plato típico que se ofrece en establecimientos de comida rápida.

 

Los postres son muy elaborados, con gran variedad de tartaletas y puddings, entre los que destaca el pumpkin pie ó tarta de calabaza; el trifle, compuesto por una sucesión de capas de merengue, natillas y fruta dispuestas en una copa; o las custard o natillas, que se sirven calientes sobre cualquier combinación de bizcochos, pasteles o frutas en almíbar. Es inevitable menc  ionar los puddings de Navidad, de Yorkshire o de Verano, así como los cake o pies (pasteles), a base de chocolate, queso o frutas. La crema inglesa es una receta del siglo XVIII, originaria del Trinity College de Cambridge, donde actualmente sigue siendo el postre más popular. Es una especie de natillas de yema de huevo y leche con azúcar, que se también se utiliza como base para los helados.

Entre las bebidas más extendidas se encuentra el té, que es de excelente calidad y se suele servir fuerte, por lo que es recomendable tomarlo con leche para suavizarlo. El café no resulta de tan buena calidad, abundando el café americano con más agua que café. El de mejor sabor es el espresso, que aunque más caro que el normal, es servido en muchos pubs y establecimientos de comida rápida.

 

 

 

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