En Abril de 2001 Timothy Bell realizó un
estudio en la republica arábiga del Yemen
con los alumnos más jóvenes de la Educación
de Adultos. Se midió tanto la comprensión
como la velocidad lectora en dos grupos
expuestos a programas de lectura intensiva
(grupo en donde se estudiaban textos cortos
seguidos por preguntas de comprensión) y
extensiva (grupo expuesto a un régimen de
lecturas graduadas) respectivamente. Los
resultados indicaron que este último grupo
expuesto a la lectura extensiva logró a la
vez más velocidad lectora y puntuaciones más
altas en comprensión lectora.
Si tuviéramos
que resumir los ingredientes básicos de la
lectura extensiva podríamos destacar 10
principios básicos:
1.
El material para la lectura tiene que ser
fácil. Los textos tiene que estar dentro
de la competencia lectora de nuestros
alumnos. Tenemos que ayudar a nuestros
alumnos a que seleccionen textos que estén
dentro de su zona de confort lectora, más de
dos palabras desconocidas por página pueden
hacer que el texto sea demasiado difícil
para una comprensión global. Los alumnos de
nivel intermedio no deben de tener más de 5
palabras desconocidas por página. Algunos
autores como Hu y Nation sugieren que el
alumno debe de conocer al menos el 98% de
las palabras de un texto de ficción para una
lectura sin ayuda del profesor.
El uso de
estas lecturas graduadas es discutible y hay
quien opina que para acostumbrar al alumno
al mundo real hay que utilizar textos
auténticos pero esta postura confunde los
medios con el fin pues sería como robarles a
los alumnos el material que necesitan para
poder progresar y llegar a leer textos
extraídos de la vida cotidiana. Para que los
alumnos estén motivados a estudiar más y a
leer más y que cada vez puedan subir mas
escalones al mismo tiempo que aumenta su
habilidad para leer en el idioma extranjero,
deben de leer textos que reflejen su
habilidad lingüística.