Uno de los objetivos de la escuela es crear lectores de por vida pero
la realidad es que la mayoría de los alumnos
sólo leen lo justo para aprobar y se olvidan
de leer cuando son adultos.
Algunos expertos dicen que la lectura en voz alta es una actividad tan
importante que su práctica debiera
realizarse en todos los niveles educativos.
Leemos a los niños para entretener, para
tranquilizar, para informar o explicar, para
despertar la curiosidad, para inspirar… Pero
al leer en voz alta también:
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Se condiciona la mente del niño para asociar
lectura con placer.
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Se crea un background de conocimiento.
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Se suministra un rol modelo de lectura.
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Se potencia la adquisición del vocabulario.
Cada vez que leemos a un niño le estamos enviando un mensaje positivo a
su celebro. Es como un anuncio publicitario
que condiciona a que el niño asocie libros
con placer. Sin embargo pudiera asociar
hechos no placenteros con la escuela y
la lectura. La experiencia en su aprendizaje
puede ser monótona o aburrida, amenazante y
sin significado (horas interminables
realizando fichas, horas de intensa práctica
fonética y horas de tests con preguntas que
no están relacionadas) Si el niño rara vez
experimenta el placer de leer entonces
estaremos ante el grupo de alumnos que leen
lo justo en el colegio y que se olvidan de
leer cuando son adultos.