En 1985 Elley volvió a realizar un estudio
similar en Singapore durante 3 años pero
esta vez con 3000 alumnos de entre 6 a 9
años en donde las clases experimentales
volvieron a superar a las de control en los
test de lectura, vocabulario, lenguaje oral,
gramática, comprensión oral y escrita. En
palabras de Elley:
“En contraste con los alumnos que seguían
programas estructurados audio-lingüísticos
aquellos que habían estado expuestos a un
amplio rango de libros ilustrados de gran
interés y que eran animados a leerlos y
compartirlos aprendían el idioma extranjero
más rápidamente… Quizás el descubrimiento
más notable es la extensión del efecto de la
competencia lectora a otras habilidades de
idioma (escribir, hablar y control sobre la
sintaxis)”
Pero ¿se pueden transferir los resultados
obtenidos en Educación Primaria a la
Educación Secundaria? En 1995 Colin Davis
publicó en ELT Jornal un proyecto
denominado PASSES. El proyecto implicó a 40
colegios de Secundaria de más bajo nivel
educativo de Singapore. Entre los
componentes que incluía el proyecto PASSES
la lectura extensiva era el más
significativo. En cada colegio los alumnos
realizaban 20 minutos de lectura silenciosa
y tenían una lección de lectura extensiva
una vez a la semana en donde comentaban las
lecturas (las cuales se las podían llevar
prestadas a casa). Después de 5 años el
proyecto fue evaluado y resultó que esos
colegios obtuvieron un nivel por encima de
la media del país. Colin David concluía:
“Los alumnos desarrollaron un vocabulario
activo y pasivo más amplio. Usaban frases
con estructuras más variadas y eran mejores
identificando y corrigiendo fallos
gramaticales en la escritura y en el habla.
En general mostraron mejoría en la destreza
de escribir y aumentaron la confianza y
fluidez en el habla.”